Después
de la Segunda Guerra Mundial, en los años
50, la sociedad entró en una era de consumismo y se empezó la producción
masiva en el sector de la moda.
Debido
a las nuevas innovaciones tecnológicas y las exploraciones espaciales que
empezaban a hacerse, el desarrollo de las fibras artificiales se aceleró,
dejando como resultado una indumentaria a precios muy razonables y de buena
calidad que se llamó prêt-à-porter (ropa de confección).
Gracias al prêt-à-porter se hizo posible que la industria
de la moda se desarrollara y versificara. La ropa de confección ya existía
desde finales del Siglo XIX, pero se consideraba de poco valor y no
estaba bien hecha, pero el en el Siglo XX con el avance de la cultura de
masas y las fibras artificiales, el prêt-à-porter se ganó un respeto y contribuyó a popularizar la moda. El prêt-à-porter proponía una indumentaria para
mujeres activas y trabajadoras y llevó a la moda a un nuevo nivel de
popularidad. La alta costura ya no parecía ofrecer diseños que se adaptaban al
estilo de vida cotidiano y funcional de la nueva época y hubo una gran demanda
de ropa nueva para el gran público. El prêt-à-porter se inspiraba en la moda de la calle para sus creaciones.
En 1950, el Secretariado Internacional de la Lana, convoca un concurso de moda y
muchos jóvenes diseñadores se presentan a este certamen, enviando diseños a
París. A Michel de Brunhoff,
redactor jefe de la revista Vogue
por aquel entonces, le fascinaron varios diseños, entre ellos los de Yves Saint Laurent, y
lo recomendó para que estudiase en la Chambre
Syndicale de la Couture (Cámara Sindical de la Costura). Saint Laurent le hizo caso y se
traslado a París, pero unos meses
más tarde, abandonó el curso decepcionado.
Al año siguiente volvió a participar en el
concurso, esta vez resultando ganador y derrotando a un joven Karl Lagerfeld que también se presentó.
El redactor de Vogue envió los
diseños de Saint Laurent a Dior quien vio al instante el talento
de éste y decidió sumarle a su taller. Con 18 años de edad, Yves Saint Laurent comenzó a trabajar
para la firma Dior, y aunque su
trabajo se basaba prácticamente en decorar el estudio y diseñar algunos
accesorios, Christian Dior le eligió
como sucesor en el cargo de Diseñador
Jefe de la casa. Todos se quedaron muy sorprendidos de esta decisión ya que
Dior parecía demasiado joven para
jubilarse pero ese mismo año (1954),
murió de un infarto, dejando a Saint
Laurent al cargo de la empresa.
En 1957,
con 21 años de edad, Saint Laurent
se convirtió en el modisto más joven de la alta costura francesa. Su colección
de primavera de 1958 alcanzó su
éxito al prolongar el estilo New Look,
que puso en circulación Dior, pero en 1961 Saint Laurent se independiza de Dior y empieza a fusionar arte con moda homenajeando
a artistas como Piet Mondrian y Tom Wesellman, creando modelos
como el Mondrian Look y el Pop Art Look. En 1966 abre su
primera boutique de prêt-à-porter con una línea de pantalones sastre como moda femenina.
En los años 60 la alta costura todavía
controlaba las tendencias del mundo de la moda, pero se acercaba cada vez más
la era de la sociedad de consumo. El prêt-à-porter se encontraba en todo su apogeo. La
Unión Soviética lanzaba su primera capsula espacial tripulada (1961)
y el presidente John F. Kennedy fue asesinado (1963). Y en medio
de todos estos acontecimientos la juventud buscó un modo de expresión propia. La
moda futurista abrió las puertas a la moda masculina, que entonces no había
tenido protagonismo y la moda pareció estar en manos de los más jóvenes. Podían
oírse letras de canciones de protesta en grupos como los Beatles, Rolling
Stones o cantautores como Bob Dylan. Los jóvenes cineastas exponían
sus preocupaciones ante las pantallas y la moda también quiso expresarse.
Una joven diseñadora llamada Mary Quant influiría
decisivamente en la moda de los años 60. Mary Quant aclamaba
una ropa que se adaptara a los nuevos tiempos y empezó a confeccionar sus
propios diseños. Tenía poca experiencia como modista pero muchas ganas de que
la mujer independiente y liberada de los años 60 se sintiera cómoda con
su nueva vestimenta. Hacía ropa al alcance de todas las economías y desde su
tienda londinense popularizó sus diseños. El London Look de Quant
significó la democratización de la moda moderna y barata y puso fin a los
modelos caros y exclusivos imponiendo la producción en cadena de sus diseños
Mary Quant representaba una
moda informal para jóvenes y difundía sus modelos a gran escala. Además,
promovió un nuevo arquetipo de mujer joven y delgada, encarnado a la perfección
por la modelo Twiggy que junto a la modista, popularizaron la primera
falda creada hasta entonces por encima de la rodilla: la minifalda, que
se convirtió en estandarte de la época. La liberación de las piernas de la
mujer era símbolo de su libertad social. La minifalda era sinónimo de
independencia y autonomía pero esto a la vez provocó mucho escándalo. Parte de
la sociedad poco atraída a los cambios la consideró una prenda obscena.
Los jóvenes pensaron que enseñar su cuerpo era la
forma más efectiva de diferenciarse de las generaciones anteriores y en 1964,
se presentó por primera vez un traje de baño sin la parte de arriba, el Monokini,
un bañador con tirantes que descubre totalmente el pecho, presagiando que en el
futuro los pechos estarían completamente al descubierto. Esto provocó grandes
escándalos. Los directivos de los grandes almacenes rechazan el producto aunque
las clientas lo solicitan, los lugares que los vendían sufrieron amenazas y
manifestaciones en sus puertas, y el gobierno de entonces los prohíbe
totalmente, arrestando a cualquier joven que osara mostrar sus pechos en
público. Solo se llegó a vender 3000 monokinis. En 1965 su diseñador Rudi
Gernreich lanza el No Bra, (el antisujetador) realizado con suaves
telas semi transparente sin costuras rígidas o alambres, mucho menos polémico y
más vendido que el Monokini.
Gernreich, conocido como uno de
los diseñadores norteamericanos más originales y polémicos de Estados Unidos,
hizo de sus prendas un acto político. Junto con la modelo Peggy Moffitt
y el fotógrafo William Claxton crearon un concepto basado en la
incorporación del pop-art a la moda con resultados futurísticos. Su
propuesta combinaba colores inusuales como el rosa fuerte con el naranja, el
violeta con el rojo, y el azul con el verde, intercalado con rayas y círculos
psicodélicos, donde además hacía uso del vinilo y el plástico. Sus vestidos
fueron requeridos para vestir a los protagonistas de la película Space: 1999
(1975) haciendo uso de su visión futurística. Gernrich fué un
gran defensor de la moda unisex vistiendo a sus modelos masculinos y
femeninos con la misma ropa y afeitando sus cabezas y sus cuerpos al completo
para presentar sus diseños. También fue el creador del Tanga y del Pubikini,
un bikini con una ventanilla en el frente para mostrar el bello púbico. Gernrich
fue proclamado como un gurú de la moda, el cual mediante el desnudo en sus
prendas creo una conciencia nueva con respecto al cuerpo y al pudor.
Otros diseñadores como Balenciaga ya habían
experimentado antes con materiales como plástico (1962) realizando una
serie de vestidos bordados íntegramente con cuentas plásticas pero no fue hasta
la llegada de Paco Rabanne cuando otros materiales como el metal
cobraron importancia (1966).
Francisco Rabaneda y Cuervo, más tarde conocido como Paco Rabanne, era un muchacho español
que tuvo que exiliarse en Francia con su madre después de La Guerra
Civil Española, donde comenzó sus estudios como arquitecto. Su madre, que
trabajaba como Costurera Jefe para la casa de modas de Balenciaga le
enseñaba a cortar y confeccionar prendas de vestir mientras él aprendía a
dibujar y adquiría conocimientos de la perspectiva y los volúmenes en su
Escuela de Arquitectura. Rabanne pasó de la arquitectura a la moda
haciendo una suma entre ambas.
Comenzó a trabajar para firmas como Pierre
Cardin, Givenchy, Dior, Balenciaga o Nina Ricci entre otras, creando
bisutería y botones de plástico, pero en 1966 presenta su primera
colección bajo el titulo de “12 Vestidos No Usables en Materiales
Contemporáneos”, una verdadera expresión artística de aquella época. Los
vestidos estaban confeccionados con materiales como el Rhodoid (acetato
de celulosa) o el metal. Más tarde experimenta haciendo vestidos de papel,
cuero fluorescente, metal martillado, punto de aluminio y piel tricotada. La
crítica especializada lo considera un Creador
de Conceptos y la misma Coco Chanel lo bautiza como “El
Metalúrgico”.
Hacia 1968, grupos estudiantiles de
izquierdas contrarios a la sociedad de consumo provocan una revuelta
estudiantil a la que se suman grupos de obreros industriales y sindicatos del
partido comunista francés. Esto provoca la mayor huelga general de la historia
de Francia y probablemente de Europa Occidental con más de 9 millones de
trabajadores protestando por la sociedad de consumo del momento. Esto hace que
el estilo pantalón se popularice a partir de esa época.
Hacia los años 70 la industria prêt-à-porter arraigó en varios países. Milán, el centro de la ropa italiana, se distinguió por anticiparse a las tendencias mediante unas concienzudas investigaciones de mercado. Como movimiento contrario a la futurista de los años anteriores, las tendencias volvieron a un aspecto más natural. La moda hippie y folk, incluyendo el pantalón vaquero, prosperaron. Los vaqueros en particular, se convirtieron en símbolo de prosperidad americana, de las estrellas de Hollywoody de la juventud rebelde. Los hippies no aceptaban la sociedad ni la moral tradicional y se fijaron en culturas y religiones extranjeras para encontrar inspiración. Hombres y mujeres hippies llevaban el pelo largo, confeccionaban sus propias prendas y vestían vaqueros desgastados. Los jóvenes de todo el mundo siguieron su estilo y todos empezaron a vestir vaqueros y camisetas.
A principios de los 70
empiezan a llegar a Francia diseñadores de todo el mundo trayendo ideas y
conceptos diferentes a los occidentales. En 1973, Issey Miyake
lleva su segundo pase de moda a París (2 años antes lo hizo en New
York), exponiendo un nuevo concepto de moda con una estructura tradicional
de la indumentaria japonesa: el concepto de “un trozo de tela”. Con
esto desarrolló la idea de cubrir el cuerpo con una sola pieza de tejido y
crear así un interesante espacio entre el cuerpo y la tela. Miyake
sostenía que este espacio era único en todos los casos, ya que la figura de
cada persona es diferente. Aunque este concepto ya lo trajo Paul Poiret
en los años 20 con su diseño del kimono japonés y el pantalón de
odalisca, Miyake fue pionero de una gran variedad de técnicas en la
que incorporaba antiguas tradiciones japonesas. Para Issey Miyake el
kimono era como un lienzo que necesitaba al individuo para terminar su
obra. Solia decir: “Quien lo lleve va
a darle otra visión, es una participación con la vida”.
Otro diseñador japones llamado Kenzo Takada decide probar suerte en París y abre su primera boutique de moda llamada Jap diseñando su primera colección a base de algodones japoneses de vivos colores. Por medio de sus estampados extravagantes y sus líneas fluidas, Kenzo pone la moda de cabeza y se le empezó a conocer como el creador del Etnic Look, por presentar en sus colecciones una mezcla folklórica única que unía cortes, formas, colores y estilos internacionales derramando felicidad en todas sus prendas. Nadie como él había logrado llevar todos los colores del arco iris al gris de la calle. Sus diseños aparecían en las portadas de revistas como Elle y se convirtió en el defensor del prêt-à-porter en los años 70
.
Debido al gran éxito de
Kenzo Takada con su debut y respaldados por la prosperidad económica de
la posguerra, los diseñadores japoneses finalmente consiguen subir a las pasarelas
de la moda internacional y diseñadores como Rei Kawakubo, y Johji
Kamamoto junto con Issey Miyake y Kenzo Takada levantaron la
estética japonesa al escenario mundial de la moda consiguiendo ser
bautizados por algunos historiadores como "los diseñadores de la
cultura tecnológica".
En 1974
aparece Georgio Armani fundando con su socio Sergio Galeotti la
sociedad que lleva su nombre: Armani. Empezó dedicándose a la moda
masculina pero un año más tarde de su debut, introdujo la línea femenina de
igual características y calidad que la masculina. Amani confeccionaba
prendas de un estilo sobrio, elegante y sin abusar del color. Introdujo al
mercado los trajes sastre sin entretelas ni forros y aportó mucho al mundo del
cine cuando vistió al actor Richard Gere para su película American Gigolo (1980). Poco después la revista Time le dedicaba una
portada y de esta manera Armani consigue conquistar las miradas de Estados
Unidos. Estrellas de Hollywood como Robert de Niro, Benicio del
Toro, Diane Keaton, Sofia Loren o Rusell Crowe querian llevar sus prendas.
En 1979,
después de que Margareth Thatcher fuera elegida Primer Ministro de Reino
Unido, las mujeres se insertaron en el mundo de los negocios profesionales
y se preocuparon por mantener su cuerpo en forma. El mundo tenía cierta
estabilidad económica y política y la igualdad de sexos fue comenzando a tener
más importancia en el mundo. Las mujeres empezaron a vestir mas conservadoras
buscando prendas que les diera autoridad pero a la vez les hiciera sentir femeninas y sensuales. A
esta tendencia se le llamó Power
Dressing (Vestuario de Poder), mostrando una nueva posición de mujer
ingresando al mundo de los hombres.
El PowerDressing
se instaló entre las mujeres demostrando una nueva condición entre ellas. A
diferencia de la mujer de tiempos anteriores donde se preocupaban por criar a
sus hijos y cocinar a sus esposos, la mujer de los 80 quería mostrarse
activa en el mundo de los negocios a la vez que cuidaban su imagen y su aspecto
corporal.
Empiezan a llevarse
las gruesas hombreras en las chaquetas marcando una silueta triangular para así
agrandar la espalda y masculinizar a la mujer creándole una imagen más rígida
como la de los hombres. Las casas parisinas
tradicionales como Chanel y Hermes volvieron a ganar posición
privilegiada en el mundo de la moda satisfaciendo las necesidades más
conservadoras de la época.
En 1982, la diseñadora Rei Kawakubo y el
diseñador Yohji Yamamoto, (ambos japoneses) causan sorprendente impacto
en el mundo de la moda occidental. Presentaron una ropa monocromática, rota y
nada decorativa, que llevó a la moda al desaliño para expresar intencionalmente
un sentido de ausencia en lugar de existencia. Kawakubo criticaba el
concepto de glamour impuesto por la sociedad occidental y ponía en tela de
juicio los esquemas tradicionales de la forma del cuerpo. Utilizaba sus
colecciones para destruir los códigos sexistas a través del uso del color, las
formas y los zapatos planos. Junto a Yamamoto e Issey Miyake
ejercieron una corriente en la moda internacional mostrando un estilo que
desafiaba el glamour, siendo austero y deconstructivo con sentimiento anti
moda.
Thierry
Mugler, uno de los máximos exponentes del PowerDressing
rompió los esquemas de la moda en los años 80 revolucionando las
pasarelas con una visión de la moda poco convencional hasta entonces. Sus
diseños eran futuristas, sexis e impactantes y la estética de femme fatale
(mujer fatal) ayudó a perfilar la imagen perfecta de la mujer destacando
sus curvas y las formas femeninas en todos sus diseños. En 1984, Azzedine
Alaia amigo de Thierry Mugler con el que compartió sus trabajos, lideró
un nuevo estilo utilizando materiales elásticos de vanguardia. Su estilo era
sexy pero discreto, con elegancia y buen gusto y aunque marcaba la silueta
femenina lo hacía siempre sin exageraciones. La cantante Tina Turner se
convirtió en la sex symbol de los 80 gracias a los vestidos de Alaia.
En esta época,
prendas que anteriormente hubieran sido consideradas de uso interior empezaron
a llevarse como prendas exteriores. Al contrario que la indumentaria del siglo
XIX donde reinaba el volumen y la ornamentación, las prendas del siglo
XX optaban por tapar lo imprescindible y pegarse mucho más al cuerpo. Como
dijo Marshall McLuhan, la ropa es
una extensión de la piel.
Otros diseñadores
vanguardistas como Jean Paul Gaultier y Vivienne Westwood
transformaron la lencería tradicional, como el corsé y las ligas, en modernas
prendas exteriores expresando así el dinamismo del cuerpo humano.
Gianni Versace atrajo la atención internacional hacia la moda italiana en la década de
los 80 con su exuberante y muy atrevida estética además de barroca,
lujosa y al mismo tiempo practica indumentaria real. Gracias a una sagaz
asociación con estrellas de mundo del espectáculo como Liz Taylor o
Elthon John, Versace alcanzó la celebridad mundial en la década de los 80
y la moda por la ropa lujosa y de categoría floreció por todo el mundo.
Otros artistas del
momento también fueron una gran inspiración para los más jóvenes a la hora de
expresarse. En 1978 nace el grupo musical punk Sex Pistols, un
grupo liderado por un joven que promovía actos absurdos y de provocación como
medio de la promulgación de los cambios sociales. Los Sex Pistols
cantaban a gritos y llevaban atuendos de cuero, ropa rasgada, y chapas de
logotipo en las solapas. Su combinación de música y moda generó apasionados
seguidores entre la generación joven.
Otro personaje
influyente de la época fue Madonna, quien marcó la moda llevando en sus
conciertos unos atuendos muy provocadores. Llevaba ropa interior como ropa
exterior, medias de red que a veces llevaba encima de los pantalones, leggins,
crucifijos, guantes sin dedos y cadenas de strass. Michael Jackson
popularizó las chaquetas y pantalones de cuero e imágenes de grupos como Pink
Floyd o Depeche Mode aparecían en chapitas, camisetas o gorras. El
estilo de los 80 impactaba por su gran colorido, accesorios, peinados cardados
y maquillaje exagerado.
A finales de los 80 Issey Miyake empezó a
experimentar con nuevos métodos de plisados que permitieran flexibilidad de
movimiento creando así una nueva técnica llamada Plisado de Prendas. Hasta
entonces la técnica consistía en crear unos pliegues en el tejido y después cortar
la prenda, pero Miyake invirtió este proceso cortando la tela antes de
plisarla creando así artículos nuevos combinando materiales, formas y
funcionalidad.
El plisado horizontal, vertical y en zigzag, se
utilizaba para producir efectos y formas arquitectónicas, y en 1993 Miyake
lanzó la línea Pleats Please (Plisados Por Favor) compuesta por piezas únicas
100% poliéster de alta calidad.
La moda de los años 90 no estuvo caracterizada
por ningún estilo especifico, sino que más bien, fue una continuidad del estilo
de los 80, aunque mucho más recatado. En esta época se dio paso a la simplicidad
y la comodidad y el prêt-à-porter adquirió una relevancia importante en la mujer. Los grupos de música de
la época influyeron en la moda de vestir y las modelos como Naomi Cambell
y Claudia Schiffer impusieron la moda de la delgadez seguida desde
entonces por las jóvenes.
El mundo de la moda ha ido evolucionando hasta
convertirse en la industria gigantesca que conocemos hoy en día, sorprendiendo
al mundo con notables progresos gracias
a la tecnología de la comunicación como la televisión o internet. La gente siente
pasión por llevar ropas de marca y eso hace que
las personas reconozcan la moda como algo más que llevar prendas. Como diría
Coco Chanel, “la moda no es algo
que existe en la ropa solamente. La moda está en el cielo, en la calle, la moda
tiene que ver con las ideas, con nuestro modo de vida, con lo que está pasando”.
Las prendas dicen mucho de las personas que la han
diseñado así como de nosotros mismos cuando la llevamos. Ofrece información por
sí misma y sobre ellas mismas. La gente busca una forma de diferenciarse del
resto así como de expresar sus sentimientos, tanto de agrado como de desagrado
con la sociedad y el momento en el que esté viviendo. Que la moda parezca
repetir ciertos estilos es inevitable ya que la forma del cuerpo humano limita
las opciones. No obstante, el resucitar otros estilos antiguos solo nos da a
entender que la gente sigue expresándose, solo que de una forma nueva del
momento actual y desde un contexto social diferente, a pesar de inspirarse en
colecciones pasadas o diseñadores que ya no están entre nosotros.
En el siglo XXI las personas seguirán expresando
nuevas formas de ética mediante la indumentaria.
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