Pese a lo que muchos puedan pensar, las gafas de sol no se inventaron a raíz de las gafas de vista.
Para conocer su verdadero origen tendremos que remontarnos a la Prehistoria, unos 12.000 años atrás. El pueblo esquimal (o inuits, como a ellos les gusta ser llamados) tenían que convivir diariamente con los molestos rayos del sol que se reflejaban en la nieve y el hielo, así que inventaron un artilugio para reducir considerablemente la entrada de luz a los ojos.
Las primeras gafas estaban hechas de madera o huesos de marfil, sujetas en la cabeza con tendones de animales o piel de ballena y tenían una pequeña abertura en forma longitudinal para dejar pasar la menos luz posible.
Gracias a este artilugio el pueblo inuit redujo considerablemente el problema de la ceguera de las nieves.
Siglos más tarde, más concretamente en el SXII, los chinos desarrollaron una técnica nueva para pulir y ahumar los cristales planos de cuarzo y así oscurecerlos. Pero en realidad no hicieron esto para protegerse de los rayos del sol, sino más bien para ocultar la vista de los jueces chinos durante los juicios, con el fin de no delatar anticipadamente su veredicto final por medio de cualquier expresión o emoción que pudiera hacerse con la mirada.
En 1752 el fabricante de instrumentos científicos y diseñador británico James Ayscough, empezó a experimentar con lentes tintadas en colores azul y verde. Nuevamente, su finalidad no era proteger a los ojos de los rayos del sol, sino más bien pensó que al tintar estos cristales se podrían mejorar algunos problemas de visión.
No fue hasta el siglo XVII cuando las lentes empezaron a ser consideradas un símbolo de intelectualidad y sabiduría. Surgieron monturas con varillas, y se diversificaron los materiales de su elaboración.
Desde finales del siglo XIX hasta los comienzos del siglo XX, se extendió su uso como prescripción para personas con problemas de sífilis, o sea, sensibles a la luz. Fue entonces cuando empezó a popularizarse entre los famosos de la época y su precio era prohibitivo para muchas personas.
En 1920 es cuando se produce la aparición de las primeras lentes de plástico y cuando se introduce el uso de las gafas de sol tal y como la conocemos hoy en día. Es este año cuando por primera vez se ofrecen en el mercado una amplia gama de lentes coloreadas.
En 1920 es cuando se produce la aparición de las primeras lentes de plástico y cuando se introduce el uso de las gafas de sol tal y como la conocemos hoy en día. Es este año cuando por primera vez se ofrecen en el mercado una amplia gama de lentes coloreadas.
Pero no fue hasta 1929 cuando la cadena de complementos femeninos Foster Grant Company comenzó la producción y distribución masiva de gafas de sol a un precio muy asequible para el público de Atlantic City, extendiéndose rápidamente por Estados Unidos y el resto del mundo.
El fundador de la empresa, Sam Foster, ideó un innovador expositor para vender sus gafas de sol. Se trataba de un carrusel giratorio inspirado en los típicos asadores de pollos pero puesto de forma vertical. La idea resultó ser un gran éxito entre los bañistas y paseantes de las playas de Nueva Jersey.
Fue precisamente esa compañía la que se encargó de convertir las gafas de sol en un complemento de moda. Las gafas dejaron de emplearse como una simple protección solar, para convertirse en el complemento perfecto de un look elegante y misterioso gracias a sus sofisticados e innovadores diseños.
Las estrellas cinematográficas tuvieron un importante papel en la popularización de las gafas de sol, gracias al slogan empleado en las campañas publicitarias: "Who´s behind those Foster Grants?"
En 1930, cuando el piloto de las fuerzas aéreas estadounidenses John McCready, realizo un viaje en globo a través del Océano Atlántico, se quejó de que los rayos del sol le habían molestado mucho durante todo el trayecto. Otros pilotos de aviación también se quejaban del sol. Decían que los rayos les deslumbraba al realizar maniobras delicadas y que además les provocaba dolores de cabeza y nauseas.
Fue entonces cuando el ejercito americano encargó a la empresa especialista en tecnología óptica Baush & Lomb, la creación de unas gafas polarizadas para proteger a sus pilotos de la luminosidad en las altitudes. Así fue como nacieron las gafas antibrillos Ray-ban (del ingles Ray Banner, "barrera contra rayos").
En 1936 los físicos y ópticos de la empresa perfeccionaron un tinte especial en color verde oscuro para que absorbiera la luz. También diseñaron una montura ligeramente inclinada que protegiese al máximo los ojos del aviador cuando éste mirase repetidamente hacia abajo.
Ese mismo año, todos los aviadores de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses recibieron un par de gafas Ray-Ban de forma gratuita. De esta manera las Ray-Ban Aviator, llamadas así en honor a sus primeros usuarios, se convirtieron en un elemento más de los uniformes de la aviación estadounidense y con la que fueron a combatir posteriormente en la Segunda Guerra Mundial.
Entre los ilustres portadores de estas gafas cabe destacar al general Douglas McArthur, quien se hizo representativo mediante sus tres objetos más inseparables: su gorra de general, su pipa de corazón de maíz, y sus gafas Ray-Ban Aviator.
En 1937, Baush & Lomb creó oficialmente la marca Ray-Ban como marca de gafas de sol, permitiendo así su adquisición al público en general, para que pudieran protegerse de los rayos del sol al igual que los aviadores.
En este mismo año, el científico y empresario Edwin Land, inventó el primer polarizador sintético de la luz que sigue siendo la base de todas las gafas de sol polarizadas en la actualidad, así como el de las lentes fotográficas y las pantallas que conocemos hoy en día.
Las ondas de luz visibles del sol viajan en todas direcciones. Cuando la luz se refleja en una superficie horizontal, como carretera o agua, se produce un deslumbramiento dado a que estas ondas se concentran en la misma posición horizontal. La luz vertical es útil para el ojo humano, pero la luz en horizontal puede producir incomodidad a la hora de ver.
Las gafas NO polarizadas solo reducen la cantidad de luz visible que entra en el ojo, ya que oscurece considerablemente la vista y además no impiden el deslumbramiento. Las gafas polarizadas impiden el deslumbramiento y permiten que sólo entre en el ojo la luz vertical, permitiendo al usuario una visión más clara y nítida de la superficie.
A estas gafas se le conocen con el nombre de Polaroid.
El alto precio de estas gafas de sol, las hacia prohibitivas para la mayoría de la gente, así que solo los ricos y famosos de la época, podían permitirse el lujo de tenerlas, especialmente los artistas del cine mudo, quienes popularizaron esta moda en 1938.
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se inició una nueva moda, esta vez pensada para los hombres. Se diseñaron una gafas con lentes de espejo y finas armaduras, que hacían que el hombre diera apariencia de chico fuerte y viril. Algunos interpretes del rock de los años 50 adoptaron esta moda popularizando así estas nuevas gafas de sol.
Con la llegada del movimiento hippy en los años 60, las gafas se convirtieron en un elemento imprescindible a la hora de vestir. Se podían encontrar gafas de todas las formas y tamaños y de todos los colores inimaginables.
Ya no era cuestión de protegerse del sol, sino más bien una manera de ser chic y elegante, vistiendo las gafas de sol a juego con la vestimenta y demás accesorios.
Las estrellas de Hollywood más cotizadas del momento y las grandes campañas publicitarias ayudaron bastante a comercializar este producto en el mundo entero. Rachel Welch, Mia Farrow y Anthony Quinn, fueron algunos de los que aparecieron fotografiados luciendo unas gafas de sol con poses muy sugerentes.
En 1970 se inventaron las lentes progresivas, las únicas que compensan la graduación en todas las distancias y son capaces de corregir desde la visión más lejana hasta la más próxima, pasando por las graduaciones intermedias.
Este tipo de lentes permiten mantener una buena visión en todas las distancias sin necesidad de cambiar de gafas.
En 1990 se inventaron las lentes de plástico, llamadas también orgánicas.
En la actualidad, y gracias a la tecnología del Siglo XXI, podemos encontrar en el mercado gafas de sol con varios dispositivos incorporados. Por ejemplo las que llevan lectores de formatos digitales de audio y soporte inalámbrico para hablar por teléfono a través de la tecnología Bluetooth.
O aquellas que pueden grabar vídeos en HD, hacer fotografías, o buscar información en internet con solo mandar un mensaje de voz sin necesidad de recurrir a las manos.
También existen gafas de sol pensada para los deportistas, capaces de monitorizar el entrenamiento, controlar el ritmo cardíaco y señalizar su posición gracias a un dispositivo GPS integrado en el aparato.
También existen gafas de sol pensada para los deportistas, capaces de monitorizar el entrenamiento, controlar el ritmo cardíaco y señalizar su posición gracias a un dispositivo GPS integrado en el aparato.
Pero a pesar de todos estos adelantos, el 70% de las gafas de sol que se venden en España NO cumplen la normativa sanitaria de seguridad y calidad.
Llevar unas gafas de sol "malas" puede provocar mareos, daños en la cornea, aumentar el riesgo de cataratas, o incluso la aparición de manchas en el globo ocular. Es preferible no llevar gafas a llevar unas gafas que no estén homologadas.
Cuando vayas a comprar unas gafas de sol, ten en cuenta los siguientes puntos:
1- Que figure las siglas "CE" como estandar mínimo de seguridad en la Comunidad Europea.
2- Que señalice el numero de referencia de la normativa que cumple. Ej: (EN 1836:1997)
3- Que tenga especificado el numero de categoría de filtro que va desde el 0 al 4 en función a su capacidad de absorción a la luz.
4- Que las lentes tengan filtros para los rayos ultravioletas (UV) con garantía demostrable.
Los bebes y los niños también están expuestos a los rayos del sol. Por ello es conveniente que desde muy temprana edad, el bebe lleve protección ocular ya que su cristalino no esta terminado de desarrollarse y antes del primer año de vida, deja pasar el 90% de los rayos ultravioletas llegando directamente a su retina, pudiendo provocar daños a corto y largo plazo.
No se recomienda la compra de gafas de sol en mercadillos o tiendas no especializadas, tanto para niños como adultos. Lo ideal sería adquirirlas en una óptica ya que eso nos asegurará una buena protección para los ojos en función a las necesidades de cada uno.
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Excelente nota.
ResponderEliminarLas que se vienen usando mucho, son las gafas de sol vintage, realmente a las chicas les fascinan.
Muy buen artículo.
ResponderEliminarHay una optica en vitoria que tiene muchos de los modelos que aparecen en el artículo. Mis favoritas son las tipo retro.