Coco
Chanel no solo fue una precursora en cuanto a moda femenina se refiere sino que
también irrumpió en el diseño de teatro y cine desde una época muy temprana.
A
los 17 años, siendo dependienta de una tienda de lencería y encajes, soñaba con
hacer sombreros para completar el atuendo de las clientas y poco a poco se
convirtió en una excelente sombrerera. Diseñó su primer sombrero para Madame
Barlet, y el resultado fue tal que empezó a recibir varios encargos de las
mujeres más adineradas de la ciudad. En 1912 la actriz de teatro Gabrielle
Dorziat utilizó uno de sus modelos en la obra “Bel Ami” popularizando así los
diseños de Chanel.
En
1924 creó el vestuario para los ballets rusos de Diaghilev en la obra de teatro
“Le Train Bleu” y cuatro años después,
para la producción de “Apollo” también
de Diaghilev.
En
los años 30, algunos directores de cine acudieron a ella para que creara el
vestuario de varios filmes que hicieron época, como “The Blood of a Poet” (Jean Cocteau- 1930)
En
1931 conocio a Samuel Goldwyn (productor de cine estadounidense y co-fundador de
la Metro Goldwyn Mayer) quién le ofreció diseñar el vestuario para las
estrellas de cine de la compañía cinematográfica dos veces al año en Hollywood.
Chanel
viajó a Estados Unidos y confeccionó la ropa de Gloria Swanson en “Tonigt or Never” (1931) y de Ina
Claire en “The Greeks Had a Word for
Them” (1932). Por otra parte, Greta Garbo y Marlene Dietrich se
convirtieron en sus clientas privadas.
Su
experiencia en la producción de vestuario para películas norteamericanas le
generó un gran odio por la industria del cine y la cultura de Hollywood. La
diseñadora declaró: “Hollywood es la capital del mal gusto y es vulgar”. La
prensa especuló con que “había abandonado su trabajo porque sus vestidos no
eran lo bastante sensacionales”
Aun
así, la diseñadora continuó trabajando para películas aunque esta vez para
películas francesas como “Las reglas del Juego” (1939- Jean Renoir) en la que
figuró como La Maison Chanel.
La
casa Chanel se vio amenazada por su mayor rival en el mundo de la moda Elsa Schiaparelli,
cuyos innovadores diseños estaban repletos de detalles festivos y surrealistas
llegando a general gran entusiasmo en el mundo de la moda. Al sentir que estaba
perdiendo prestigio, Chanel colaboró de nuevo con Jean Cocteau en las obras de
teatro “Orphée” (1926) , “Antigone”
(1927) y “Oedipe Rex”(1927), siendo ésta última muy criticada por el vestuario
que diseñó para los personajes de la obra. La prensa escribió: “los actores
estaban envueltos en vendajes, parecían momias ambulantes o víctimas de algún
terrible accidente” .
Durante
toda su vida la diseñadora ha estado muy ligada al mundo del cine y del teatro,
además de convertirse en una de las mujeres más influentes de la moda del siglo
XX dejando un legado tras de sí de prendas de estilo simple e innovadoras.
Fue
la creadora del traje sastre femenino, la combinación de prendas en blanco y
negro, los cinturones de cadena, las camisas de cuello y puños blancos, las
joyas de bisutería ostentosa, la utilización de tejidos de punto y algodón para
vestidos y jerseys.
También fue la creadora del vestidito negro (LBD) y el bolso
acolchado de cuero con costuras visibles inspirados en las chaquetas que
utilizan los jinetes. Además Chanel fue una de las promotoras del uso del
cabello corto como signo de liberación femenina y el nuevo estilo de vida. El
tweed, las camelias y el uso del negro son otros de sus iconos que han hecho
leyenda en la diseñadora.
La
última contribución de la casa Chanel ha sido en la película “The Clouds of
Sils Maria”, (estrenada recientemente en el Festival de Cannes) donde se pueden
apreciar la huella de la diseñadora en los vestidos de tweed que lleva la
actriz Chloë Moretz, en las joyas que lleva Juliette Binoche, e incluso en el
maquillaje que lleva Caroline de Maigret, inconfundible con el look de la casa.