El oro amarillo se vuelve fantástico y se instala a modo de cresta o se transforma en una armadura a la que no le hace falta el escudo. La historia de la colección, narrada por una niña que busca a mamá, tiene, como las mejores rosas, algunas espinas gigantes. Destaca el corsé oro y los collares que son tan grandes que servirían de chaleco, medio peto o tirantes para un sencillo LBD.
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