Diseños de aire neo-barroco se han dejado ver en la pasarela de la Alta Costura de París, mostrando abrigos de espigas con aplicaciones de cachemir, faldas lápiz hechas con finas capas de encaje de oro, y tonos rojos satinados para unos vestidos de ensueño.
Las siluetas de las modelos se vieron marcadas por adornos de cristal, perlas y apliques florales cosidos a mano, todo un trabajo artesanal en cada prenda de la colección.
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